viernes, 11 de marzo de 2011

El mapa interactivo de mis mañanas.

Desde hace unas semanas hay un recuerdo dándome vueltas en la cabeza, de esos antiguos que marcan un hito en el camino.

Recuerdo haberme levantado tarde y disimularlo antes de que mi madre llegara del trabajo, tenía 15 años y era final de verano. Puse la tele mientras hacía la comida, y me recuerdo a mi misma clavada en el suelo del salón mirando la tele sin entender mucho de lo que pasaba, o quizás empezando a entender. Fue la primera vez que tuve la sensación de estar viviendo historia.

Desde que empezaron las revueltas en Oriente Medio esa sensación me vuelve cada mañana al abrir el periódico, ahora está sucediendo algo, y es bello estar vivo para verlo. Para poder al menos una vez estar orgullosa de la humanidad, y que se nos salten las lágrimas con los méritos ajenos.

De algún modo siento algo de esperanza, sentir que aunque sea difícil aún se puede creer en algo.

Voy a fraccionar este sentimiento para que los días en que siento que todo es una mierda me quede una pequeña porción de esperanza. Y esque hay mañanas en las que no alcanzo a comprender cómo una persona se puede alienar tanto consigo mismo para dejar de ser humano. Aunque ésto quizás forme parte de la naturaleza del humano.

1 comentario:

  1. Me encanta esta entrada... No entiendo cómo hemos construido una sociedad tan inmovilista y poco concienciada...

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