domingo, 20 de marzo de 2011

Donde reside el hipocampo

Tengo una imagen grabada en el hipocampo, ocupa menos que la palma de mi mano y sin embargo me viene a la cabeza siete veces al día.

Si fuese sólo una imagen sería más fácil de soportar, pero está tan viva como yo misma, a veces incluso más que yo puesto que doblega mi voluntad y hace mis ojos busquen inmediatamente una ventana por la que escaparme a soñar. Pero claro, las imagenes no tienen tacto, y juro que ésta controla todas las células de mi piel porque siento que siento. Puestos a decir verdades es un recuerdo con olor, huele de un modo que me hace sonreir cuando ando sola por la calle.

Es el recuerdo quien apaga el despertador por mí cada mañana y me dice que sueñe cinco minutos más, por eso me atraganto con el desayuno, quien me pide que me quede tres minutos más bajo la ducha por eso llego siempre media hora tarde, es quien me me da las buenas noches un minuto antes de caer desplomada en la almohada y me levanta a media noche con la felicidad en los labios y muerta de sed.


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