miércoles, 13 de enero de 2010

El ojo que te mira.

Bajo la puerta hay un pequeña rendija por la que entra un poco de luz de colores brillantes, el que más se ve el ocre, luego berenjena, verde campo y rojo vida. Para entrar sólo hay que hacer un click. Hoy ya todo se hace con un click.

Cada uno mezcla los colores en cu casa como quiere con lo cual hay lugares de ensueño que despiertan sonrisas inocentes y otros en los que la tristeza te come por los pies. A mi me gustan los que hacen las madres para los hijos a los que ya no mima escribiendo mil pucheros de los que alimentan el alma. También los de las personas dulces que toman con cuidado los colores y te animan a ver la parte romántica de tu vida.

El problema está en quién lee lo que escribes. Con un click quizás he llegado a un destino al que yo no quería entrar. Un espacio que dice más del autor de lo que él propio cree, que habla de soledad, de refugiarse en otras vidas y nunca vivir la propia.


El mundo es un lugar precioso, no seas tan antropocéntrico.

Imagen satélite de la estructura de Richat (Ojo del Sáhara).

1 comentario:

  1. Me encanta, que manera tan genial de enfocar lo que tú y yo sabemos ;)

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