viernes, 14 de marzo de 2008

El gato que le enseñó a volar.


¿Alguna vez os habeis enamorado de un desconocido?

Pues él vivía en el piso de arriba, al volver a casa miraba hacia su ventana, comprobaba que hubiera luz o que le florecieran las macetas, si nos cruzabamos en las escaleras intentaba dedicarle un sonrisa estupenda.
Tenía algo especial que sólo yo podía ver. Ese brillo que no ves en todo el mundo, cuando lo veía demacrado era capaz de sentir su cansancio, y cuando estaba feliz me lo contagiaba sólo con cruzarnos en el descansillo.

Envidiaba a su novia, no porque tuvieran una relación, sino porque lo conocía y yo no sabía apenas nada de él.

Creo que no hablamos más de cinco veces, un día llamó a mi puerta y me dió una bolsa "Me mudo a Barcelona. Te he traido un regalo, creo que te gustará." Se dió media vuelta y se marchó, ahí me quedé en el umbral de la puerta, medio perpleja medio encantada.

Así fue como conocí La historia de una gaviota y del gato que le enseño a volar.
Ayer mi librito volvió a mis manos.
Me acordé de Carlos, Paloma y Tuno y me hizo feliz desenterrarlos de mi memoria aunque fuera por un ratito.

3 comentarios:

  1. Por dios.............. ¿Qué había en la bolsa????

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  2. un gato muerto, que iba a haber, por eso el gato que intentó enseñar a volar a la gaviota , lo intentó pero no lo consiguió porque metió un castañazo. He dicho.

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  3. claramente, rodrigo, había un libro.

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