En realidad tengo un poquito de miedo. Me gustaría que hubiera alguien aquí ahora para poder despedirme con lagrimitas y así relajarme un poco.
Pero bueno, supongo que forma parte del placer de hacerse adulto poder disfrutar del silencio de la no-despedida, cerrar la puerta sola y moderme las uñas sin que nadie me aparte la mano de la boca.
En realidad mi único miedo es volver de una pieza. No quiero ser una de esas personas radicales de pensamiento (no más!) que te sermonean por beber coca-cola y comprar en decath.
Pero bueno, supongo que forma parte del placer de hacerse adulto poder disfrutar del silencio de la no-despedida, cerrar la puerta sola y moderme las uñas sin que nadie me aparte la mano de la boca.
En realidad mi único miedo es volver de una pieza. No quiero ser una de esas personas radicales de pensamiento (no más!) que te sermonean por beber coca-cola y comprar en decath.
Un abrazo y buena caza.
buen viaje!!!
ResponderEliminarespero que tengas mil cosas buenas que contarme a la vuelta de tantas aventurillas por el mundo.
Un millón de besos!
Buona fortuna
ResponderEliminaraunque nadie te ha apartado la mano de la boca o te ha despedido con lagrimitas, pero te puedo asegurar que muchos esperamos tu regreso para compartir contigo una cerveza y que nos cuentes las típicas anécdotas africanas! un beso y disfruta de tus pingüinos!!!
ResponderEliminaryo también quiero las típicas anécdotas africanas! y cuidado con la típica bebida alcohólica africana, que ya se sabe como son los anfitriones emborrachando a gente...cześć.
ResponderEliminarEspero que ni la tipica bebida africana ni los tipicos anfitriones africanos sean tan borrachuzos como otros...
ResponderEliminarnos vemos a la vuelta