Empezó a leer los libros que leía, a escuchar los discos que escuchaba y ver las películas que le conmovían... Tenía una terrible curiosidad por saber qué habitaba en su cabeza, por entender sus gustos y disfrutar más. Sólo quería conocerle, juraba que sólo era eso.
Descubrió sus secretos y sus anhelos, jamás le dijo que sabía de ella más de lo que decía.
También descubrió cosas sobre sí misma, muchas no resultaban cómodas, comenzó la entropía.
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